CONECTORES LOGICOS
Los conectores lógicos son palabras o expresiones que sirven para relacionar las ideas dentro de un texto. En ese sentido, su presencia es fundamental para que un texto sea
mucho más que un conjunto de oraciones independientes y autónomas. La claridad de la argumentación de un texto depende principalmente del uso adecuado de los conectores; un conector lógico mal utilizado puede cambiar completamente el sentido del texto.
Uno de los errores más comunes en la escritura académica es el de creer que entre más conectores lógicos tenga un texto, mejor. Esto es falso, un texto tiene que tener los conectores apenas necesarios para relacionar las ideas en la forma en que estas se quieren presentar.
En el Centro de Escritura siempre buscamos que el acercamiento a la escritura no venga de la memorización de un conjunto de reglas por seguir sino de comprender el sentido que tiene cada elemento de un buen texto. Los conectores lógicos no son la excepción.
Proponemos a continuación un listado de los conectores que hemos clasificado según el tipo de relación que se establece entre las partes del texto gracias a la presencia del conector. Si bien la clasificación que proponemos no es la más extendida entre los filólogos, confiamos en que sea la más efectiva para el estudiante universitario que siente que tienen dificultades en este tema.
¿Qué son los conectores lógicos?
En gramática, se conoce como conectores lógicos o conectores discursivos a cierto tipo de palabras o expresiones cuya función dentro del texto es dar relación lógica a las oraciones y vincular las distintas partes que lo componen.
Son elementos indispensables para que la información del texto se pueda estructurar de la mejor manera, es decir, presentarse del modo más ordenado e inteligible. No deben confundirse con los nexos gramaticales.
Los conectores lógicos guían la interpretación del texto que hace el lector, haciendo de enlace lógico –y no sólo gramatical- entre las ideas. Son responsables de dar cohesión al texto, o sea, de sostener sus distintas partes interconectadas y darle un sentido orgánico, total. A la vez ayudan a su coherencia, es decir, a que sus ideas se comprendan más fácilmente.
Un conector discursivo puede ser una palabra, una expresión o una frase, y la utilización de uno u otro depende directamente del estilo de quien escribe. Por otro lado, cada conector posee un sentido específico y único, semejante o diferente al de los demás.
Tipos de conectores lógicos
Los conectores discursivos se clasifican de acuerdo al sentido que introducen en el texto o a la función que cumplen en él, de la siguiente manera:
Conectores coordinantes: Permiten conducir al lector dentro del texto, detallando el sentido de lo que lee y sirviendo de puente entre una idea y la siguiente. Por ejemplo: a continuación, por si fuera poco, en otro orden de ideas.
Conectores disyuntivos: Proponen separaciones o contradicciones entre las ideas presentadas en un texto. Por ejemplo: contrariamente, por otro lado, en cambio.
Conectores causales: Introducen una relación de causa y efecto, o una razón de ser, de lo que se expone en el texto. Por ejemplo: de modo que, por consiguiente, de esa manera.
Conectores temporales: Proponen una relación temporal, o sea, cronológica, de las ideas, diciendo qué ocurre primero y qué después. Así, pueden ser de anterioridad (por ejemplo: hace tiempo, érase una vez), simultaneidad (por ejemplo: a la vez, a la par, simultáneamente) o posterioridad (posteriormente, finalmente, entonces).
Conectores locativo: Definen dentro del texto un lugar de referencia, una ubicación especial o temporo-espacial. Por ejemplo: por debajo de, allí, encima de.
Conectores aditivos: Aquellos que “suman” ideas, o sea, las acumulan, para ganar intensidad en el decir. Por ejemplo: asimismo, por si fuera poco, de la misma manera.
Conectores aclarativos : Cumplen con insistir o aclarar un punto previo, retomándolo o añadiendo nuevos matices para alcanzar el sentido deseado. Por ejemplo: dicho de otro modo, esto quiere decir, más precisamente.
Conectores comparativos: Permiten introducir contrastes dentro de la exposición, cotejando algo con otra cosa, o sea, comparando elementos. Por ejemplo: de modo similar, en cambio, contrariamente a.
Conectores conclusivos: Introducen una sensación de cierre o término de la exposición, o al menos de un apartado de la misma. Por ejemplo: en resumen, en síntesis, finalmente.
Conectores condicionales: Establecen una relación de condicionalidad, o sea, de que una idea depende de otra cosa previa o posterior en el discurso. Por ejemplo: siempre que, en caso de que, a no ser que.
Conectores continuativos: Permiten alargar una secuencia de ideas, añadiendo elementos o continuando una exposición que se vio previamente interrumpida. Por ejemplo: Retomando lo dicho, o sea, volviendo a, en otras palabras.
Oraciones con conectores lógicos
A continuación, presentamos algunos ejemplos de uso de estos conectores lógicos, dentro de oraciones posibles:
“Los pájaros migran cada otoño hacia el sur, no sin antes acumular las energías necesarias para el viaje” (conector condicional).
“Así fue como nuestros héroes perdieron todo su dinero. Lo cual quiere decir que no podrían volver a casa” (conector aclarativo).
“No había prácticamente nada que comprar en el abasto. Contrariamente a los centros comerciales, que estaban a reventar de mercadería” (conector comparativo).
“Algunos términos del libro no pueden comprenderse. Y por si fuera poco se encuentran escritos con letra gótica” (conector aditivo).
“Miguel apagó las luces y se fue a dormir. A la mañana siguiente, todo estuvo tal y como lo había dejado” (conector temporal).
“La reacción inmunitaria que el Covid-19 produce en el hospedador es, contrariamente a lo esperado, tremendamente violenta” (conector coordinante).
“La caída del PBI nacional registró niveles inéditos. Por consiguiente, será imperativo acudir a la comunidad internacional para solicitar un préstamo” (conector causal).
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